Iniciativas intergeneracionales y espacios amigables con las personas mayores

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15-07-2022

  

Fomentar las relaciones intergeneracionales, a través de iniciativas que logren reducir la distancia existente entre las generaciones más jóvenes y aquellas más mayores, se ha consolidado como una de las cuestiones prioritarias a la hora de combatir el edadismo y generar entornos más amigables con la ciudadanía y, muy singularmente, con estas. En lo que respecta a este grupo poblacional, la puesta en marcha de iniciativas favorecería su autonomía, así como su inclusión y participación en la sociedad. Por su parte, los jóvenes adquieren una visión más positiva y libre de prejuicios sobre las personas mayores al conocer de una forma más cercana la realidad del colectivo. Como resultado, ambas partes se benefician de este intercambio de conocimiento y experiencias que, a su vez, permite potenciar habilidades sociales como la empatía, mejora la autoestima y contribuye a reducir la imagen estereotipada generada en torno a determinados colectivos.

 

Aunque las referencias a los espacios intergeneracionales serían cada vez más frecuentes, ya en el año 2002 el Informe de la Segunda Asamblea sobre Envejecimiento, reconocía a través de su artículo 16 “la necesidad de fortalecer la solidaridad entre las generaciones y las asociaciones intergeneracionales, teniendo presentes las necesidades particulares de los más mayores y los más jóvenes y de alentar las relaciones solidarias entre generaciones”.

 

En esa premisa por lograr un acercamiento entre generaciones, resultan interesantes iniciativas como el programa intergeneracional “Convive”, amparado por el Ayuntamiento de Madrid y la ONG Solidarios para el Desarrollo, en el que participarían seis universidades madrileñas. A través de este proyecto, las personas mayores de 65 años que vivan solas y, que así lo deseen, pueden acoger en sus casas a estudiantes de otras ciudades o países durante el curso académico. A fin de garantizar que la convivencia sea lo más beneficiosa posible para ambas partes, esta se lleva a cabo en base a un acuerdo que recoge una serie de compromisos y derechos que han de cumplirse, a lo que se suma las tareas de seguimiento desempeñadas por la ONG. Como uno de los requisitos establecidos, los estudiantes han de comprometerse a pasar entre 2 o 3 horas diarias, aproximadamente, con la persona mayor, realizando aquellas actividades que hayan acordado previamente. El programa contribuye a que los estudiantes vivan en un entorno familiar, a la vez que reduce las probabilidades de que los mayores caigan en un aislamiento.

 

Sin salir del ámbito universitario, pero desde una perspectiva más formativa, destacan las llamadas “Universidades de la Experiencia”, presentes en diferentes puntos de nuestra geografía y, mediante las cuales, se busca favorecer la inclusión de las personas mayores en la Universidad, haciendo de esta un espacio de interrelación social en el que confluyan diferentes generaciones.

 

Como otro de los proyectos a destacar encontramos la labor desempeñada por la ONG Grandes Amigos, a la que dedicábamos un espacio en nuestro undécimo boletín digital de Expertos en Pensiones, a través de un artículo de opinión elaborado por Mercedes Villegas, directora de dicha ONG. En él, Villegas aborda el trabajo que vendrían realizando desde el año 2003, mediante la consolidación de redes ciudadanas que ayudan a paliar la soledad no deseada desde una perspectiva intergeneracional.

 

Estas son solo algunas de las decenas de iniciativas impulsadas desde el ámbito privado y público que, bajo un prisma basado en la promoción de la autonomía, y centrado en el apoyo entre las personas, pone en valor y en común, lo mejor de cada una de las etapas de la vida.