Envejecer en casa: autonomía y bienestar gracias a los centros diurnos

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12-11-2021

La pérdida de autonomía durante la vejez dificulta en ocasiones ver cumplido el deseo de muchos mayores de envejecer en sus casas. En este contexto, los centros residenciales se han convertido durante años en la alternativa más recurrente ante una dependencia sobrevenida, no obstante, cada vez son más las iniciativas orientadas a prolongar la permanencia en el hogar durante el mayor tiempo posible. Y es que, según una encuesta realizada en el año 2017 por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en torno al 82% de las personas mayores en España tendría intención de envejecer en sus hogares.

Entre las alternativas al internamiento en residencias, los centros de día se plantean como una solución a la hora de facilitar la permanencia de los mayores en su entorno habitual. Para José Manuel Miranda, gerente de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS) este tipo de centros “constituyen una herramienta fundamental que combina la estancia del mayor en su entorno con la atención, seguimiento y evaluación necesaria permanente para prevenir su situación de dependencia”. Del mismo modo, los centros también favorecerían las relaciones interpersonales entre los mayores y, al mismo tiempo, permitirían reducir la sobrecarga que experimentarían los familiares de estas personas ante los cuidados que precisan, añadía Miranda durante su participación en el webinar “Envejecer en casa”, organizado por la Fundación Mayores de Hoy, celebrado el pasado 10 de noviembre.

Además de perseguir el principio de bienestar e independencia, los centros de día contribuirían a paliar el sentimiento de soledad que experimentan muchos mayores, dada su capacidad para fomentar las relaciones sociales entre los usuarios. De hecho, el cierre de estos espacios, como consecuencia de la pandemia, acrecentó el sentimiento de soledad en muchas personas, suponiendo a su vez un deterioro de sus capacidades físicas y cognitivas, resaltando la importancia que tienen los centros diurnos en el desempeño de las actividades cotidianas de estas personas.

La principal razón que explicaría por qué este tipo de centros ayudaría a fomentar la autonomía de la persona y, por consiguiente, su permanencia en el domicilio, la encontramos en su carácter multidisciplinar y, más concretamente, en el plan rehabilitador sobre el que sustentan. De esta manera, según exponían desde el Centro de Día Virgen de África, sus usuarios se beneficiarían de terapias cognitivas, físico funcionales, psicoafectivas y socializadoras, potenciando las destrezas físicas de los mayores y favoreciendo su bienestar emocional. Acciones que, tal y como apuntaba Juan Carlos Pérez, director general de Mayores del Ayuntamiento de Madrid, sitúan a la persona en el centro del modelo, poniendo el foco “en las capacidades y habilidades” de los usuarios en vez de en sus deficiencias. “Es sobre esas fortalezas sobre las que debemos de incidir”, destacaba.