Sobre los derechos y los deberes de las personas mayores

Fundacion_Pilares_180322
18-03-2022

La defensa de los derechos de las personas mayores se ha convertido en una reivindicación cada vez más reiterada por diferentes sectores de la sociedad ante la exclusión a la que se ha visto y, sigue viéndose, sometido el colectivo, especialmente remarcada ante situaciones de crisis como la acontecida durante la pandemia de la COVID-19. Las consecuencias de tal discriminación serían mayores en aquellos casos en los que además de la edad, confluye una fragilidad o dependencia. En este contexto, surge la necesidad de que la persona conozca no solo sus derechos, sino también sus deberes como ciudadano, a fin de que estos puedan ser respetados y ejercidos correctamente. Desde la Fundación Pilares han querido contribuir a que esto último se vea cumplido, mediante la elaboración de una guía orientativa dirigida a este colectivo, que, por un lado, realiza una labor de detección sobre posibles situaciones que pueden dar lugar a una vulneración de derechos, desde una perspectiva reflexiva, a la vez que plantea posibles soluciones a dichas situaciones.

El excesivo proteccionismo con el que en ocasiones se tiende a tratar a las personas mayores conlleva a una reducción de sus derechos, incidiendo directamente sobre su autonomía y su capacidad de elección. De tal manera que, aunque a priori esta actitud pueda estar respaldada por una buena intención ante ese deseo de minimizar los riesgos a los que la persona podría verse expuesta, sus efectos serían especialmente adversos, ya que además de impactar directamente sobre sus derechos, también repercutiría en el cumplimiento de sus obligaciones como ciudadanos. “Estar en situación de fragilidad, vivir en soledad, tener algún grado de dependencia, necesitar apoyos o cuidados, no anula la condición de protagonista de su vida”, recoge la guía. Tal y como se apuntaría en el trabajo realizado por la Fundación Pilares, uno de los cambios más importantes que se han producido en lo que respecta a la prestación de apoyos, tiene que ver con el hecho de que la persona ha pasado de considerarse como mera beneficiaria de unos bienes y servicios “a ser titular de derechos y deberes”.

En lo que respecta a aquellos derechos que se incumplirían con mayor frecuencia cuando se trata de personas mayores en situación de fragilidad o dependencia se encontrarían aquellos relacionados con el derecho al honor, a la intimidad y a la privacidad, a ser tratado como una persona adulta o a recibir una atención sanitaria y social de calidad, entre otros, según lo expuesto en la guía.

En consonancia con esa participación activa de las personas mayores en la sociedad a la que en numerosas ocasiones se hace referencia, la guía recoge en sus páginas las reflexiones de personas mayores con edades y situaciones diversas, que a su vez se complementan con las de profesionales, familiares y voluntarios.