Educación financiera para una jubilación mejor planificada

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30-06-2022

Educación financiera para una jubilación mejor planificada

 

Fomentar el ahorro complementario de cara a la jubilación constituye uno de los principales objetivos que se pretende alcanzar a través de la reforma de las pensiones públicas, que ya atravesaría su segundo tramo. En este contexto, el 22 de junio el Senado daba luz verde a la ley de planes de pensiones de empleo, mediante la que se busca impulsar el segundo pilar del sistema de pensiones, a través del desarrollo de este instrumento de ahorro complementario orientado a las empresas. En el marco de la aprobación de la citada norma, el diario Expansión y el Banco Santander organizaban durante la mañana del jueves 23 de junio el evento “Pensiones”, que contaba con la participación del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. El ministro aprovechaba su intervención para volver a llamar a la calma a los pensionistas ante las informaciones que siguen poniendo en duda la sostenibilidad del sistema de pensiones. “La Seguridad Social avanza al equilibrio presupuestario”, aseguraba. En lo que respecta a la inflación, Escrivá defendía a su vez indexar las pensiones al Índice de Precios al Consumo (IPC), para lo que ponía como ejemplo al gobierno francés y su decisión de adelantar dicha revalorización unos meses.

 

Siendo la educación financiera, una de las cuestiones a las que más se hacía referencia durante la sesión, Nicholas Barr, profesor de Economía Pública en la London School of Economics, incidía en esa “información imperfecta” de la que partirían muchas personas a la hora de tomar decisiones relacionadas con sus finanzas. Para ello, el experto aludía a un estudio llevado a cabo en Estados Unidos, cuyos resultados revelaron como el 50% de los estadounidenses desconocía la diferencia entre una acción y un bono. Trasladando esta misma cuestión a sus estudiantes de la London School of Economics, tan solo un tercio de estos afirmaba conocer con rotundidad tal diferencia, lo que lleva al experto a tachar de error el presuponer que la población contaría con dichos conocimientos. Barr, hacía a su vez referencia a la escasa capacidad de ahorro de muchas personas, quienes pospondrían esta acción, o lo que es peor, no llegarían a llevarla a cabo, pese a ser conscientes de la necesidad de ponerla en práctica, dadas las dificultades que tal situación les plantearía. “La teoría sencilla predice que todo el mundo ahorra voluntariamente para su jubilación, se jubila en el momento óptimo y convierte la fracción óptima de sus ahorros en una anualidad, pero como sabemos el mundo no es así”, reflexionaba el economista. En lo que se refiere a esto último, Escrivá apuntaba que pese a la creencia de que los españoles no ahorrarían, estos lo harían a través de bienes inmobiliarios.

 

Aunque contar con unas nociones básicas sobre finanzas ayudaría a las personas a planificar mejor su jubilación, esta acción ha de verse complementada con sistemas más sencillos, “que no simples”, especificaba Diego Valero, presidente de Novaster, a fin de que estos puedan ser mejor comprendidos. Haciendo alusiones a esa educación financiera que precisaría la población, Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco, recordaba la ley por la que en el año 2011 el Parlamento reconocía el derecho de la ciudadanía a ser informada de su pensión estimada. Una herramienta muy eficaz según el experto y que, por el contrario, lamenta que no se haya puesto en marcha hasta el momento.