Educación financiera para una jubilación mejor planificada

Educación financiera para una jubilación mejor
planificada
Fomentar
el ahorro complementario de cara a la jubilación constituye uno de los
principales objetivos que se pretende alcanzar a través de la reforma de las
pensiones públicas, que ya atravesaría su segundo tramo. En este contexto, el
22 de junio el Senado daba luz verde a la ley de planes de pensiones de empleo,
mediante la que se busca impulsar el segundo pilar del sistema de pensiones, a
través del desarrollo de este instrumento de ahorro complementario orientado a
las empresas. En el marco de la aprobación de la citada norma, el diario
Expansión y el Banco Santander organizaban durante la mañana del jueves 23 de
junio el evento “Pensiones”, que contaba con la participación del ministro
de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. El ministro
aprovechaba su intervención para volver a llamar a la calma a los pensionistas ante
las informaciones que siguen poniendo en duda la sostenibilidad del sistema de
pensiones. “La Seguridad Social avanza al equilibrio presupuestario”,
aseguraba. En lo que respecta a la inflación, Escrivá defendía a su vez indexar
las pensiones al Índice de Precios al Consumo (IPC), para lo que ponía como
ejemplo al gobierno francés y su decisión de adelantar dicha revalorización
unos meses.
Siendo
la educación financiera, una de las cuestiones a las que más se hacía
referencia durante la sesión, Nicholas Barr, profesor de Economía Pública en la
London School of Economics, incidía en esa “información imperfecta” de
la que partirían muchas personas a la hora de tomar decisiones relacionadas con
sus finanzas. Para ello, el experto aludía a un estudio llevado a cabo en
Estados Unidos, cuyos resultados revelaron como el 50% de los estadounidenses
desconocía la diferencia entre una acción y un bono. Trasladando esta misma
cuestión a sus estudiantes de la London School of Economics, tan solo un
tercio de estos afirmaba conocer con rotundidad tal diferencia, lo que lleva al
experto a tachar de error el presuponer que la población contaría con dichos conocimientos.
Barr, hacía a su vez referencia a la escasa capacidad de ahorro de muchas
personas, quienes pospondrían esta acción, o lo que es peor, no llegarían a
llevarla a cabo, pese a ser conscientes de la necesidad de ponerla en práctica,
dadas las dificultades que tal situación les plantearía. “La teoría sencilla
predice que todo el mundo ahorra voluntariamente para su jubilación, se jubila
en el momento óptimo y convierte la fracción óptima de sus ahorros en una
anualidad, pero como sabemos el mundo no es así”, reflexionaba el economista. En
lo que se refiere a esto último, Escrivá apuntaba que pese a la creencia de que
los españoles no ahorrarían, estos lo harían a través de bienes inmobiliarios.
Aunque
contar con unas nociones básicas sobre finanzas ayudaría a las personas a
planificar mejor su jubilación, esta acción ha de verse complementada con
sistemas más sencillos, “que no simples”, especificaba Diego Valero, presidente
de Novaster, a fin de que estos puedan ser mejor comprendidos. Haciendo
alusiones a esa educación financiera que precisaría la población, Ángel
Martínez-Aldama, presidente de Inverco, recordaba la ley por la que en el año
2011 el Parlamento reconocía el derecho de la ciudadanía a ser informada de su
pensión estimada. Una herramienta muy eficaz según el experto y que, por el
contrario, lamenta que no se haya puesto en marcha hasta el momento.