Tercer Congreso de Unión Profesional: Compromiso, progreso y futuro de las profesiones colegiadas

El
23 de febrero las profesiones colegiadas volvían a darse cita en el Auditorio
de la Mutua Madrileña para celebrar el III Congreso
Nacional de las Profesiones, un encuentro de carácter bianual organizado
por Unión
Profesional, asociación que aúna a 34 Consejos Generales y Colegios
Profesionales de nuestro país. La jornada
ponía el foco en tres ejes: compromiso, progreso y futuro. Centrando su intervención
en estas ideas, Victoria Ortega, presidenta de Unión Profesional, apuntaba durante
su intervención como “es responsabilidad de las profesiones velar por el
cumplimiento del interés general, poniendo a disposición de la ciudadanía
nuestro conocimiento, nuestra experiencia, nuestra energía. Pero también, para
contemplar una función de la que siempre nos hemos sentido orgullosos, como es
el acompañamiento de la población en el quehacer más cotidiano”. Además del acompañamiento diario, Ortega enfatizaba
en la imprescindibilidad de las profesiones en momentos de crisis. La reflexión
también sería aplicable al ámbito de los profesionales habilitados de clases
pasivas, cuya actividad resultaría necesaria para la gestión de trámites y
prestaciones, llegando incluso a convertirse en una figura de apoyo para muchas
personas en condiciones de vulnerabilidad.
El
primero de los bloques, “Compromiso. Profesiones comprometidas e implicadas con
los retos sociales”, reunía a representantes de ACNUR, Pacto Mundial y la
Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR), quienes profundizaban
en la accesibilidad de los servicios profesionales por parte de la población. La
mesa ponía el foco en la labor que desempeñan los profesionales a la hora de garantizar
el cumplimiento de los derechos más elementales de la ciudadanía. Formación
continua, adaptabilidad y búsqueda de alianzas entre profesionales, serían algunas
de los aspectos más destacados durante esta primera mesa, en la que también se
ponía en valor la necesaria sensibilización de las profesiones ante situaciones
de carácter extremo, como la guerra en Ucrania.
La
segunda de las mesas, “Progreso. Excelencia profesional, hacia la mejora de
nuestras sociedades”, aportaba una visión multidisciplinar sobre qué es la
excelencia profesional desde el ámbito público, empresarial, colegial y universitario.
Un espacio en el que se volvía a hacer referencia a la necesidad de tejer
sinergias en aras de seguir avanzando, y en la que se ponía en valor los
códigos deontológicos como un elemento fundamental mediante el que proporcionar
seguridad a la ciudadanía.
Por
su parte, el tercero de los bloques, “Futuro. Escucha activa como motor de
cambio. Hacia el Estatuto del Profesional”, se centraba en esta herramienta carente
de carácter normativo, que pretende definir el rol social que desempeñan las
profesiones en nuestra sociedad. Un proyecto, en el que se encontraría trabajando
Unión Profesional y que trata de exponer los principios y valores, o los
derechos y valores por los que se rigen los profesionales, en línea con la
protección del interés general.
El Congreso, volvía a convertirse en un espacio de debate, que evidencia la importancia de las corporaciones colegiales a la hora de garantizar el bienestar de la ciudadanía.