CEOMA demanda un protocolo de actuación que proteja a los mayores frente a la emergencia climática

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31-03-2023

A escasas semanas de que tengan lugar las próximas olas de calor, la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), organizaba el 14 de marzo en la sede de la Comisión Europea en España el acto “Los retos de la emergencia climática para el envejecimiento, la vida y el futuro”. La actividad se enmarca en el “XI Congreso Nacional de Organizaciones de Mayores” que tendrá lugar en Barcelona los próximos 20 y 21 de abril. El acto ponía el foco en la emergencia climática y las catástrofes naturales, reivindicando la necesidad de contar con protocolos y planes de acción que protejan a las personas mayores frente a estas situaciones.

 

“Nadie puede negar las muertes relacionadas con la emergencia climática”, afirmaba contundentemente Sabina Camacho, presidenta de CEOMA, quien a su vez destacaba la relación entre esta realidad y la pandemia de la COVID-19. En tal cuestión, también reparaba Carlos Ferreyra, presidente de la Alianza del Clima, Vida y Salud Internacional y vocal de la Comisión de Asuntos Internacionales de CEOMA. “Allí donde hay un desastre, una sequía no hay políticas de protección para las personas mayores. Como en la pandemia, en la que no hubo protocolos dirigidos a este colectivo”, apuntaba.

 

El incremento de la temperatura media de la Tierra, actualmente por encima de 1°C respecto a los valores preindustriales, y que las predicciones científicas sitúan en 3°C para mediados de siglo, favorecería situaciones extremas como sequías, inundaciones o el incremento de las temperaturas, cuyos efectos serían más nocivos en colectivos como el de las personas mayores. En lo que se refiere a las olas de calor, estas constituirían, según Ferreyra, “una grave agresión contra la vida”. Según datos proporcionados por el Instituto de Salud Carlos III, el 96% de los decesos atribuibles a estos periodos de tiempo con temperaturas excesivamente altas ocurridos en 2022, fueron personas mayores de 65 años. En este contexto, Ferreyra hacía mención al fenómeno térmico de las islas de calor, por el que los entornos urbanos registrarían temperaturas más altas durante las noches en comparación con aquellas zonas situadas en la periferia. “La vivienda se transforma en un horno, y ahí es donde las olas de calor están afectando en Europa”, señalaba Ferreyra. Convertir las ciudades en entornos más respetuosos con quienes lo habitan sería una cuestión prioritaria que ha de ser contemplada por los poderes públicos. Es aquí donde cobraría importancia la creación de los llamados refugios climáticos, a los que, hacía referencia María Neira, directora de Salud Pública y Medioambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuya finalidad sería lograr combatir el calor extremo.

 

Compromiso de los adultos mayores y las Administraciones Públicas

 

La implicación de las personas mayores resultaría fundamental para el diseño de protocolos que logren dar respuesta a sus necesidades. “Hay que tener planes de prevención, mecanismos de alerta y también mecanismos de respuesta”, apuntaba Neira, quien destacaba que se ha de impulsar una declaración de emergencia climática en adultos mayores.  Si bien, las políticas públicas serían el medio a través del que poder actuar y mitigar los impactos derivados de la emergencia climática, la responsabilidad no solo habría de recaer en las Administraciones, siendo el compromiso adoptado por los adultos mayores una cuestión prioritaria. “No hay ningún cambio en la sociedad si los propios protagonistas de ese cambio no participan”, argumentaba Ferreyra.