Economía de la longevidad y colaboración intergeneracional

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03-11-2023

El aumento de la esperanza de vida se incluye entre los grandes retos a los que se enfrenta la sociedad actual, ocasionando que la longevidad pase desapercibida cuando se trata de reconocer esta realidad como el gran logro alcanzado por la humanidad.  “No estamos leyendo bien el cambio demográfico”, apuntaba Antón Costas, presidente del Consejo Económico y Social de España, durante la presentación de la tercera edición del “Mapa del Talento Sénior, Jóvenes y mayores en el mercado laboral. La colaboración intergeneracional”, elaborado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre, en un acto celebrado en la mañana del 31 de octubre en Madrid. El informe aportaría una serie de datos relevantes que acaban con las creencias erróneas en torno a la presencia de los séniores en el mercado laboral. Abordando en todo momento esta realidad demográfica de forma positiva, Costas planteaba la necesidad de llevar a cabo un cambio de perspectivas en torno a la sociedad, la empresa y la propia familia.

 

En esa adaptación de nuestro Estado del Bienestar a una sociedad más longeva, Elena Sanz, directora general de Personas y Organización en MAPFRE, destacaba la necesidad de flexibilizar el retiro laboral, a través de “incentivos potentes” y eliminando aquellos desincentivos que impiden a la población sénior trabajar. “Tenemos que aprovechar que la generación sénior actual viene de una cultura de esfuerzo y ahorro”, apuntaba. En esta idea, Rafael Puyol, coautor del estudio y catedrático emérito de Geografía Humana de la Universidad Complutense, señalaba como, a diferencia de otros países europeos en los que el trabajo parcial estaría más estandarizado, “en España se sigue trabajando full time hasta llegar a la jubilación”. Una realidad que se recogería en el estudio, mostrando como, por lo general, las carreras laborales en nuestro país serían más cortas en comparación con otros países del entorno. Tomando como referencia uno de los principales hallazgos que muestra el citado Mapa del Talento Sénior, referido al aumento de desempleados séniores (mayores de 55 años) que se vendría registrando desde 2008, Puyol planteaba la necesidad de llevar a cabo un pacto entre los cuatro interlocutores del mercado laboral. Estos serían las administraciones públicas, los sindicatos, las empresas y los propios séniores. De esta manera, se trataría de poner fin al paro de larga duración que afectaría en mucha más medida a los trabajadores séniores que a los jóvenes (16 a 29 años).

 

Acabando con los mitos en torno a los séniores

 

Durante la presentación también se hacía referencia, al hecho de que, pese a no estar actualmente en un entorno óptimo para el trabajo por cuenta ajena, la contribución de los séniores al mismo sería especialmente relevante. Mientras que la cifra de séniores autónomos ascendería a un millón, la de jóvenes se reduciría hasta suponer un total de 100.000.

 

Los resultados que se recogen en esta tercera edición ponen fin en todo momento a una de los mitos más extendidos, los efectos negativos que tendría sobre los jóvenes la presencia de trabajadores séniores en el mercado laboral. “Hay una falacia que es muy intuitiva y es que en economía en un momento determinado hay un número de puestos de trabajo disponibles, cuando sabemos empíricamente que cuanta más gente trabaje en un país, independientemente de su edad, más trabajo hay”, apuntaba Antón Costas.

 

Los hallazgos también acabarían con otros mitos, como la creencia de que el mercado laboral lo constituyen principalmente trabajadores jóvenes o que los séniores se mantendrían alejados de cualquier proyecto de carácter tecnológico. “Aspiramos a contribuir a erradicar de manera definitiva el edadismo y con eso lograremos una fuerza laboral más cohesionada y productiva”, concluía Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics.