Visión multidisciplinar para un servicio profesional de calidad
El criterio profesional constituye un
elemento esencial en la prestación de un servicio de calidad, como también ofrecer
un tratamiento personalizado, que logre adaptarse a las necesidades de cada
persona. La Ley
de Colegios Profesionales establece que las corporaciones de derecho
público han de “velar por los intereses de sus colegiados y de los consumidores
y usuarios de los servicios que prestan los colegiados”. El aumento de la
esperanza de vida nos lleva hacia una sociedad en la que cada vez coexisten un
mayor número de generaciones, ocasionando que la adecuación de los servicios
ofrecidos por los profesionales colegiados a las demandas de la ciudadanía,
adquiera una especial relevancia.
En
lo que respecta a las personas mayores, el proceso de hacerse mayor requiere una
visión multidisciplinar, que permita abordar este fenómeno desde diferentes
perspectivas y garantice que el incremento de la longevidad vaya acompañado de
una mejora de la calidad de vida. Sobre esta idea, Unión Profesional (UP)
exponía su estudio y modelo de referencia “Atención
integral a las personas mayores”, en una
sesión organizada por la Comisión Jubilare durante la tarde del miércoles
17 de enero en la sede de UP, situada en Madrid. Desde su constitución en
septiembre del 2022 por el Colegio de Registradores de España, la citada
Comisión habría conformado un espacio de reflexión y diálogo en torno al envejecimiento,
adoptando una visión optimista y desde múltiples perspectivas.
El
trabajo se centraría en la presentación de la figura del coordinador de
servicios profesionales, un profesional al que Victoria Ortega, presidenta de
UP definía como aquel “capaz de identificar una serie de necesidades y ofrecer
unos servicios profesionales”, en base a una especialización. Su principal
función sería, por tanto, dar respuesta a aquellas necesidades detectadas por
las corporaciones colegiales, que surgen durante el proceso de hacerse mayor y
que no se verían cubiertas por los poderes públicos, requiriendo una colaboración
público-privada y una intervención multidisciplinar. Además de la
especialización, José Augusto García, presidente de la Sociedad Española de
Geriatría y Gerontología (SEGG) destacaba la importancia de que los
conocimientos aportados por el profesional se complementen con otras cuestiones.
“No es solo la experiencia sino la
aportación de valores”, apuntaba. La función del coordinador iría más allá, realizando
una labor de detección, acompañamiento, gestión y seguimiento que permita definir
aquellas carencias que, sin ser manifestadas por la persona, deben verse
cubiertas.
Códigos
deontológicos y perspectiva intergeneracional
La
sujeción del coordinador de servicios profesionales a un código deontológico, sería
uno de los principales valores añadidos de este modelo, como garantía de un buen
ejercicio profesional. Esto haría que la actuación del profesional se lleve a
cabo en base a unas normas que este ha de cumplir, centradas en la responsabilidad
y la independencia de criterio. A estos códigos, también se deberían los
profesionales habilitados de clases pasivas.
Durante la jornada, se abordaron otros asuntos como la discriminación por razón de edad, coincidiendo todos los ponentes en la importancia que las corporaciones colegiales trabajen desde una perspectiva intergeneracional e integradora. “Envejecer depende de muchos factores que hay que cuidar desde muchas ópticas y perspectivas”, señalaba García, quien planteaba la posibilidad de que las normas que se aprueben se sometan a una valoración sobre si integran aspectos edadistas.