La profesión de los habilitados en el IV Encuentro Internacional Silver Economy de Zamora

El
deterioro físico y cognitivo durante el proceso de hacerse mayor conlleva a que
en ocasiones la persona requiera una serie de apoyos que permitan promocionar
su autonomía y facilitar la toma de decisiones. En lo que se refiere a esta
cuestión, la reforma introducida por la Ley 8/2021 habría
logrado pasar “de un sistema en el que era el Estado, a través del poder
judicial, el que garantizaba que las personas mayores tuvieran ayuda cuando la
necesitaran a un sistema en el que el protagonista eres tú”, apuntaba Rocío
Hidalgo Hernando, notario del Ilustre Colegio Notarial de Castilla y León, durante
su participación en el IV Congreso
Internacional Silver Economy de Zamora. La intervención, tenía lugar durante
la mesa de trabajo de seguridad sobre la protección de las personas mayores y
la discapacidad, celebrada en la tarde del jueves 24 de noviembre y moderada por
Alfonso J. Martín Carretero, habilitado de clases pasivas. En lo que se refiere
a los principales cambios introducidos por la ley, Hidalgo Hernando destacaba
como la norma ofrecería a las personas “la oportunidad de elegir cómo quiero
que me ayuden, quién quiero que me ayude y qué controles puede tener”,
resaltando a su vez la importancia de acudir a los poderes preventivos antes de
que la persona se vea afectada por un deterioro.
Uno
de los campos en los que, por lo general, las personas mayores necesitarían más
ayuda sería en su relación con la administración. Siendo este uno de los temas
en los que se centraba el encuentro, María Smith Sánchez, abogada y presidenta
del Colegio de Habilitados de Clases Pasivas de Madrid, destacaba como a lo
largo de los últimos años y acelerada por la pandemia, la digitalización de los
servicios públicos habría llevado a que muchos ciudadanos experimenten ciertos
problemas a la hora de realizar trámites o pedir prestaciones. Esto daría lugar
a que la relación entre colectivos como el de los mayores y la administración
llegue a ser muy compleja y en el peor de los casos, inexistente. La administración
fallaría, por tanto, a la hora de alcanzar esa agilidad, eficiencia y cercanía,
llegando a olvidar, a juicio de Smith Sánchez, su cobertura a un servicio
público. “Nunca se legisla teniendo en cuenta las consecuencias que la
normativa puede tener sobre determinadas personas, como las mayores”,
reflexionaba.
Funciones
de los habilitados de clases pasivas
La
labor de la familia y de los profesionales, entre los que se encuentran los
habilitados de clases pasivas, resultaría fundamental en el momento de proporcionar
a las personas las herramientas necesarias para que estas puedan efectuar
libremente sus decisiones. Los profesionales proporcionarían a la persona una
serie de garantías en su relación con la administración. “Los familiares pueden
tener muy buena fe, pero no conocen los procesos administrativos”, apuntaba
Smith Sánchez. En este sentido, la habilitada de clases pasivas creería
necesario proceder a la actualización de las leyes de protección actualmente
existentes, a fin de garantizar que la relación entre las personas y la
administración “sea fluida, accesible y con unos resultados claros y eficaces”.