La discapacidad durante el proceso de envejecimiento, una visión multidisciplinar

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12-05-2023

La discapacidad sobrevenida sería uno de los efectos asociados al incremento de la esperanza de vida. Esto llevaría a que cada vez sea más frecuente convivir con una discapacidad. De los 4,38 millones de personas con algún tipo de discapacidad que habría en nuestro país, un 59,9% tendría más de 65 años, según mostraría la “Encuesta de discapacidad, autonomía y personal y situaciones de dependencia (EDAD)” elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).  La combinación de este binomio, persona mayor y con diversidad funcional, habría llevado a que los movimientos representativos de cada colectivo aúnen fuerzas en torno a la mejora de la imagen de estas personas y la lucha contra los estereotipos a los que tienen que seguir haciendo frente. Partiendo de esta idea, el Comité Representante de Personas con Discapacidad (CERMI) publicaba recientemente el libro “Las personas con discapacidad mayores en España”. Un estudio que muestra una visión multidisciplinar acerca de las necesidades y demandas de un grupo muy representativo de la población, que exige una mayor autonomía, el reconocimiento de sus capacidades, así como una presencia y participación activa en la vida política, social y económica.

 

El citado libro, habría sido coordinado por Álvaro García Bilbao, presidente de la Comisión de Personas con Discapacidad del CERMI, quien habría colaborado con el Consejo General de Colegios de Habilitados de Clases Pasivas, mediante la elaboración de una serie de artículos, a consecuencia de la reforma de la legislación civil y procesal para el apoyo de las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica.  Precisamente, a dicha reforma se haría referencia a lo largo del documento, reconociendo su acercamiento a lo dispuesto por la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. La principal novedad que introduce la Ley 8/2021 es la implantación de un sistema de apoyos que favorece la autonomía del colectivo, situando a la persona en el centro de su toma de decisiones.

 

La Convención, fue el inicio de un largo camino, que todavía hoy perdura, hacia la plena inclusión de las personas con diversidad funcional. Supuso un cambio de miras en la concepción que hasta ese momento había tenido la discapacidad, al introducir “un nuevo enfoque que exigía una visión de los derechos de las personas con discapacidad basada en los derechos humanos”, tal y como expondría en su capítulo del libro, Rafael de Lorenzo García, secretario general de la ONCE. El texto reconocía las barreras existentes en la sociedad, que dificultarían la plena participación de este colectivo. En el caso de las personas mayores y con diversidad funcional, estas sufrirían en ocasiones una discriminación múltiple, dificultando el derecho a la igualdad y a la no discriminación.

 

Garantía de derechos en base a unos principios

 

En lo que respecta a las medidas que se han de adoptar para garantizar el cumplimiento de los derechos de las personas con discapacidad durante el proceso de envejecimiento, Pilar Rodríguez Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares propondría una serie de actuaciones, siguiendo ocho principios rectores: igualdad; autonomía y elección; independencia y bienestar; participación; integralidad; ambiente facilitador; inclusión social; de continuidad de atención. De tal manera que, los programas que se lleven a cabo han de adaptarse a las necesidades específicas de la persona, asegurando que estas puedan actuar con libertad y accedan a las prestaciones, servicios y apoyos que se requieran a lo largo de su vida. Partiendo de una visión interdisciplinar, los apoyos “han de satisfacer las necesidades básicas, emocionales, sociales y espirituales de la persona”, teniendo que ser próximos, continuados y habiendo de garantizar el acompañamiento de la persona.